San Ticiano de Oderzo y Santa Priscila
de Roma y San Honorato de Arles y San Marcelo y San Fulgencio
Dedos dañados
La mayoría de
los accidentes ocurren en el interior de la casa. Si al realizar las tareas
domésticas se ha pillado el dedo con una ventana, puerta, etc., podrá calmar el
dolor rápidamente untándose los dedos dañados con un poco de miel.
Pies sin rozaduras
Para que a su
hijo no le hagan daño los zapatos nuevos, sujételos en vilo sobre un cazo con
agua hirviendo durante un ratito, antes de que los estrene. No debe ponerlos
demasiado cerca para evitar quemarse las manos y que puedan mojarse. De esta
forma, se ablandarán por dentro y evitará los roces.
Juguetes bien escurridos
Bañarse con
juguetes es un placer. No impida que lo haga su hijo, a pesar de que luego
tenga que recogerlos. Puede acostumbrarle a que le ayude, si coloca una bolsa
de malla de las que vienen con las naranjas colgadas de la pared. Para él será
un juego más meterlos allí y, además, conseguirá que se sequen sin mojar todo
el baño.
Zapatos relucientes
La lluvia
suele producir en los zapatos de piel unos desagradables cercos. Puede
eliminarlos fácilmente si, una vez secos, aplica una capa de vaselina y les
saca brillo con un paño de lana. Si se trata de agua salada, hay que frotar la
zona con una mezcla de vinagre y agua a partes iguales.
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