Congelar tomates
Aunque no sea lo más habitual,
también se pueden congelar. Si ha comprado demasiados y no quiere que se le
estropeen, lávelos bien, retire el rabillo y póngalos a hervir en agua salada
durante un cuarto de hora. Después, escurra, refresque y póngalos en bolsas de plástico
en el congelador. Estarán perfectos para preparar salsas.
Conservar pan rallado
Guárdelo con unas hojas
de laurel en un recipiente hermético y póngalo en un lugar fresco y oscuro.
Cerveza para sibaritas
Puede dar un toque de elegancia
cuando vaya a servir una cerveza a sus invitados. Para ello, aclare el vaso o jarra
con agua fría. Después, escancie la
cerveza despacio hasta la mitad.
Deje reposar para que la espuma
se asiente. Termine de servir con el vaso inclinado. Estará mucho más fresca y
espumosa.
Carne en buen estado
Si tiene qué guardar la
carne unos días, siga este truco evitará que se reseque. Úntela con un poco de
aceite, envuélvala después con hojas de col o lechuga y colóquela en un plato. Cúbrala
con otro del revés y métala a la nevera.
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